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La Virgen María: Bajo tu amparo y el Rosario

E.J. Asso and Felicity explore the profound significance of the Virgen María in Catholic faith, focusing on the ancient prayer 'Bajo tu amparo' and its connection to the Rosary. They discuss the historical roots, spiritual meaning, and personal reflections on Marian devotion.


Chapter 1

La Virgen María, Bajo tu amparo y el Rosario

E.J. Asso

¡Bienvenidos a un nuevo episodio de Camino de Fe! Soy E.J. Asso, y hoy estoy acompañado por mi gran amiga y co-presentadora, Felicity. Hoy vamos a sumergirnos en un tema profundamente significativo para los católicos: la Virgen María, su papel en nuestra fe, y cómo la oración más antigua dirigida a ella, Bajo tu amparo, nos conecta con el rezo del Rosario. Felicity, ¿estás lista para este viaje espiritual?

Felicity

¡Totalmente, E.J.! La Virgen María es una figura central en el catolicismo, y hablar de ella siempre es una oportunidad para reflexionar sobre nuestra fe. Empecemos con Bajo tu amparo. ¿Sabías que esta oración es considerada la más antigua dedicada a la Virgen María? Data del siglo III, encontrada en un papiro egipcio. ¡Es increíble pensar en los cristianos de hace casi dos mil años rezándola!

E.J. Asso

Así es, Felicity. Bajo tu amparo es un tesoro de la tradición cristiana. La oración dice: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Es breve, pero poderosa. Refleja una confianza absoluta en María como madre y protectora. ¿Qué te evoca esta oración, Felicity?

Felicity

Para mí, evoca una sensación de refugio. Es como si María extendiera su manto sobre nosotros, ofreciéndonos protección en medio de las tormentas de la vida. Los primeros cristianos, que enfrentaban persecuciones, seguramente encontraron consuelo en estas palabras. Y creo que hoy, en un mundo lleno de incertidumbre, sigue siendo igual de relevante. ¿No te parece que esa idea de “acogerse” bajo su amparo es un puente hacia el Rosario?

E.J. Asso

¡Exacto! El Rosario es como una extensión de esa confianza en María. Al rezarlo, meditamos los misterios de la vida de Jesús y María, y cada Ave María es un eco de esa súplica de protección y cercanía. Pero antes de profundizar en el Rosario, hablemos un poco más de Bajo tu amparo. ¿Sabías que esta oración tiene raíces en la tradición bizantina y que se usaba en la liturgia copta? Es fascinante cómo conecta a los cristianos de diferentes épocas y culturas.

Felicity

¡Sí, es un recordatorio de la universalidad de la fe! Y hablando de conexión, en Bajo tu amparo llamamos a María “Santa Madre de Dios”, un título que resuena en el Rosario, especialmente en el Ave María, donde decimos “Madre de Dios, ruega por nosotros”. Este título, definido en el Concilio de Éfeso en el 431, subraya que María es la Theotokos, la portadora de Dios. ¿Cómo ves esa relación entre su papel como Madre de Dios y nuestra devoción mariana?

E.J. Asso

Es clave, Felicity. Llamar a María “Madre de Dios” no solo honra su papel único en la historia de la salvación, sino que también nos recuerda que ella es nuestra madre espiritual. En el Rosario, cada misterio nos acerca a Jesús a través de María. Por ejemplo, en los misterios gozosos, contemplamos el “Fiat” de María en la Anunciación. Ese “hágase en mí según tu palabra” es un modelo de entrega que inspira nuestra propia oración.

Felicity

Totalmente de acuerdo. El Rosario es como un viaje espiritual donde María nos guía. Cada decena es una oportunidad para meditar y pedir su intercesión, justo como en Bajo tu amparo. Y hablando de eso, ¿no crees que el Rosario tiene un poder especial para unir a las comunidades? Piensa en las familias que rezan juntas, o en las peregrinaciones a santuarios marianos como Fátima o Lourdes, donde el Rosario es central.

E.J. Asso

Sin duda. El Rosario es una oración comunitaria, pero también personal. Es como un ritmo que calma el alma. Y conecta directamente con Bajo tu amparo porque ambas oraciones nos invitan a ponernos bajo la protección de María. En el Rosario, pedimos “ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Es una súplica de amparo para el presente y el futuro, ¿no crees?

Felicity

¡Exacto! Y esa idea de protección resuena en cómo los católicos vemos a María: como una madre que intercede por nosotros ante Jesús. En el Rosario, cada Ave María es un acto de confianza en su intercesión. Además, los misterios del Rosario —gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos— nos ayudan a recorrer la vida de Cristo, con María como nuestra guía. ¿Tienes algún misterio favorito, E.J.?

E.J. Asso

¡Buena pregunta! Me encantan los misterios gloriosos, especialmente la Asunción de María. Es un recordatorio de su papel único y de la esperanza que tenemos en la resurrección. Pero, volviendo a Bajo tu amparo, creo que esta oración encapsula la esencia del Rosario: confianza, humildad y súplica. ¿Y tú, cuál misterio prefieres?

Felicity

Yo diría que los misterios luminosos, porque destacan momentos de la vida pública de Jesús, como el Bautismo en el Jordán. Pero todos los misterios nos acercan a María y a Jesús de una manera única. Antes de cerrar, ¿qué dirías a alguien que nunca ha rezado el Rosario o Bajo tu amparo? ¿Cómo los animarías a empezar?

E.J. Asso

Les diría: no te intimides. Empieza con algo sencillo, como rezar Bajo tu amparo en un momento de necesidad, o una decena del Rosario al día. Es una conversación con María, no una obligación. Pídele que te guíe a su Hijo, y verás cómo transforma tu corazón. ¿Y tú, Felicity?

Felicity

Yo les diría que vean el Rosario como un abrazo de María. Cada cuenta es un paso hacia ella y hacia Jesús. Y si no sabes por dónde empezar, simplemente di Bajo tu amparo con el corazón abierto. Es una oración corta, pero llena de amor maternal.

E.J. Asso

Hermosas palabras, Felicity. Y con eso, cerramos este episodio. Gracias a todos por acompañarnos en Camino de Fe. Que María, bajo cuyo amparo nos acogemos, los guíe siempre. ¡Hasta la próxima!

Felicity

¡Hasta pronto, y que la Virgen los bendiga!